Las compañías de seguros ofrecen cobertura para los daños ocasionados por el viento a partir de una velocidad determinada, para lo cual es necesario conocer la velocidad el viento cuando ocasionó los daños (momento del siniestro).
Lo normal es consultar a la estación meteorológica más próxima al riesgo ya que el anemómetro del que dispone habrá registrado las diferentes velocidades del viento durante un período determinado.
Sin embargo muchas veces, en el momento del siniestro, se presentan problemas derivados de la distancia en que se encuentra el anemómetro y otras porque la medición de dicho aparato ha registrado una velocidad inferior a la determinada en póliza y por el contrario los daños han sido importantes.
Para el cálculo de la velocidad hemos de considerar los siguientes aspectos:
Que la velocidad del viento varía según la altura
Las mediciones de los anemómetros se realizan a una altura de 10 metros
Es básico conocer a que altura se encuentran los daños en relación al anemómetro del que se ha tomado la velocidad
Rugosidad del terreno
Puedes suceder que la compañía aseguradora rechace el siniestro en base a los datos facilitados por la estación meteorológica pero la realidad demuestra que en el riesgo asegurado los daños producidos por el viento si que estarían cubiertos.
Es muy importante estar bien asesorado por un profesional, agente o corredor de seguros, a la hora de contratar una póliza y también para el seguimiento de un siniestro en el caso de ser denegado por la compañía aseguradora.
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